La Conspiración de Dionisio y Baco: La Era Ramus

Dionisio y Baco han conspirado. No para derrocar reyes ni para instaurar un nuevo imperio, sino para liberar el tiempo de su propia prisión. Mientras los antiguos medían la vida en décadas y estaciones, ellos borraron las fronteras del calendario y lo reescribieron en copas rebosantes. Así nació la Era Ramus, un tiempo sin adolescencia, sin fracturas impuestas, sin la urgencia de crecer para encajar en moldes viejos.

Todo comenzó con Eliseo Magno en el año 2000, cuando el tiempo dejó de pertenecer a los imperios y pasó a ser propiedad de quienes lo habitaban. Fue el primer regente de un mundo donde el pasado no dictaba el futuro, sino que se entrelazaba con él en un equilibrio delicado, como las ramas de un bonsái moldeadas con paciencia.

Desde entonces, la Era Ramus se extendió sin resistencia, porque no exigía conversión ni sacrificios. No era una era de conquistas ni de revoluciones; era una era de continuidad. Su tiempo, el tempus elysium, no avanzaba en línea recta, sino en círculos, en espirales, en ondas que se expandían sin quebrarse.

El año es 25. Aún faltan 975 años para que la Era Ramus alcance su punto final en el año 3000. Para ese entonces, quizás Dionisio y Baco vuelvan a conspirar. O quizás, en su infinita sabiduría, decidan que el reloj nunca debe volver a marcar un fin.