La dieta del cigarrillo
- Leo Eliseo
- Mar 27
- 1 min read
Updated: Jun 10
Por el que no almuerza, pero se fuma uno...
No era por rebeldía. No era por estilo. El cigarrillo se hizo famoso porque mataba el hambre. Primera Guerra Mundial. Raciones flacas, estómagos vacíos. Un par de caladas, y el cuerpo se olvida de que necesita comer. El humo no alimenta, pero engaña. Y eso bastó para construir una industria entera sobre el truco más viejo del cuerpo: “no necesito nada.”
Así nació La Dieta del Cigarrillo.
No se inhala por placer — se traga por necesidad. No se fuma para vivir más — se fuma para durar el día. Y ahí está el secreto: la adicción no es al tabaco, es al vacío. Al hueco en el estómago que se siente como control. A la sensación de tener hambre y decir “no hoy.”
Nadie te cuenta eso. Te hablan del cáncer, pero no del consuelo. De los pulmones, pero no del peso.
La gente no fuma para morir. Fuma para no sentir.
Y algunos, sinceramente, prefieren eso.
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